NODERLIN VIVAS.- El populoso barrio que hoy es una de las zonas con mayor cantidad de habitantes de la parroquia capitalina y considerado por las autoridades como una de las áreas con mayor actividad, tiene entre sus techos más de 200 años de historia y fue desde una casa de festejos hasta un hipódromo y un “Estado” dentro de la misma ciudad.
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Portada del libro. Foto de:
http://books.google.es/ |
Entre las 450 páginas del libro “La nomenclatura Caraqueña”, realizado por el arquitecto y urbanista Rafael Valery en 1978, como una compilación de escritos, fotografías y relatos de diversos escritores, entre los que destaca el oriundo de la misma parroquia, Enrique Bernardo Nuñez; se encuentra un breve relato de unas 3 páginas que lleva por título “Sarría” y que cuenta la transición del barrio por quienes la vieron de cerca.
El texto se desglosa en concisos párrafos que mezclan citas de autores, diversas narraciones y perspectivas del autor sobre lo acontecido desde finales del siglo XVIII, cuando se construyó la Casa de Real Amparo.
Inicialmente, el recinto estaba “compuesto por una planta baja y un piso, era vastísimo y llenaba sus construcciones una meseta aislada que se prolongaba hasta el pie de la cadena del Ávila”, señala el autor que fue descrita por Jenny de Tallenay en 1880 al visitar sus ruinas. A pesar de que el lugar tenía como misión original la mudanza del leprocomio establecido en San Lázaro, que entonces estaba dentro de la ciudad, por su estilo lujoso decidieron en 1792 destinarla a un lugar de reunión y festejo de gobernantes y personalidades.
Luego, Valery narra que sobrevino el terremoto de 1812 y la casa sufrió daños irreparables por lo que cayó en el abandono; además, llegó la Guerra de independencia que la dejó casi en el olvido. Los espacios exteriores de la casa sirvieron entonces para terrenos de maniobra del ejército.
Posteriormente, se instaló allí el primer hipódromo de Caracas, que desapareció en 1896 y estaba delimitado por las hoy esquinas Santo Domingo, Lourdes, El Carmen y Santa Rosa. Esta construcción le otorgó el nombre a la barriada, gracias a que fue el General Julio F. Sarría quién arrendó al Municipio los terrenos conocidos como “La Consolación”, más unos linderos que llegaban a la Carretera del Este y luego, se hizo propietario de “Carrizales”, para conformar lo conocido como “Estado Sarría”.
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Imágenes del sector
Foto tomada de: www.abrebrecha.com |
El “Estado” se mantiene sin mayores problemas hasta 1940, fecha en la que pierde su título y
pasa a ser entonces solamente “Sarría”, cuya urbanización progresiva constituye la conglomerada zona popular que hace vida hoy día.
Rafael Valery nació en 1926, estudió Arquitectura, Urbanismo y Planeamiento en Washington, Liverpool y Rotterdam y se destacó por ser fiel amante de su ciudad natal.
La investigación se muestra ante el lector como una mezcla de narraciones, referencias a historiadores, filósofos, cronistas y personajes importantes de la ciudad y sus orígenes coloniales. Está dividida en seis secciones: entorno geográfico de Caracas, avenidas y calles, historia de las esquinas, lugares importantes o tradicionales y puntos curiosos, así como una transición de la Venezuela gomecista, hasta la muerte del dirigente en Maracay.
“Este libro es como la memoria de la ciudad tradicional, la que fue creciendo lentamente y que pareciera haberse desvanecido en la década de los 1840, pero que sigue ahí anclada en el recuerdo de sus mejores hijos, junto con esos “fantasmas” de quienes le dieron prestigio”, comenta en las líneas de su prólogo el filósofo y letrado de finales de los 70, Manuel Pérez Vila.
ECS - UCV